miércoles, 1 de octubre de 2008

JESUCRISTO DE NAZARET- Sobre el Autor


No necesitas ayuda para entrar en el Cielo, pues jamás te ausentaste de él. Pero sí necesitas una ayuda que proceda de más allá de tí, pues te encuentras limitado por falsas creencias con respecto a tu identidad, la cual sólo Dios estableció en la realidad.

Los ayudantes se que
te proveen varían de forma,aunque ante el altar son uno solo. Mas allá de cada uno de ellos se encuentra un Pensamiento de Dios, y esto jamás ha de cambiar. Pero sus nombres difieren por un tiempo, puesto que el tiempo necesita símbolos, siendo de por si irreal. sus nombres son legión , pero no nos extenderemos mas allá de los nombres que el curso en sí emplea.

Dios no ayuda, pues no sabe de necesidades. Sin embargo, El crea todos los ayudantes
que su Hijo pueda necesitar, mientras este siga creyendo que sus fantasias son reales.
Dale gracias a Dios por ellos, pues son los que te conduciran de regreso a tu hogar.

El nombre de Jesús es el nombre de uno que, siendo hombre, vio la faz de Cristo, dejó de ser hombre y se volvió uno con Dios.

El hombre era una ilusión, pues parecía ser un ser separado que caminaba por su cuenta, dentro de un cuerpo que aparentemente mantenía a su ser separado de su Ser, como hacen todas las ilusiones. Pero , ¿ quién puede salvar a menos que, al ver las ilusiones, las identifique como lo que son?

Jesús sige siendo un Salvador por que vió lo falso y no lo aceptó como la verdad. Cristo necesitó su forma para poder presentarse ante los hombres y salvarlos de sus ilusiones.

En su completa identificación con el Cristo- el perfecto Hijo de Dios, Su única creación y su felicidad, por siempre como El y uno con El- Jesús se convirtió en lo que todos vosotros no podeis sino ser. Mostró el camino para que lo siguieras.

El te conduce de regreso a Dios porque vió el camino ante sí y lo siguió. Jesús hizo una clara distinción, todavía velada para tí, entre lo falso y lo verdadero. Te ofreció una demostración palpable de que es imposible matar al Hijo de Dios, y de que el pecado, la maldad, la malicia, el miedo o la muerte no pueden alterar su vida en modo alguno.

Todos tus pecados, por lo tanto, te hann sido perdonados, ya que jamás tuvieron consecuencia alguna. Y así, no fueron más que sueños.

Levántate con aquél que te motró esto, ya que se lo debes por baber compartido contigo tus sueños para que pudieran ser disipados. Y todavía los comparte, para mantenerse en unión contigo.

¿ Es él el Cristo? Por supuesto que sí, junto contigo. Su vida en la tierra no fué lo suficientemente larga como para poder enseñar la poderosa lección que aprendió por todos vosotros. Más él permanecerá contigo para conducirte desde el infierno que tú hiciste hasta Dios. Y cuando unas tu voluntad a la suya, verás a través de su visión, pues los ojos de Cristo se comparten.

Caminar con él es algo tan natural como caminar con un hermano al que conoces desde que naciste, pues eso es en verdad lo que él es. Se han hecho amargos ídolos de aquél que sólo quiere ser un hermano para el mundo. Perdónale tus fantasías, y comprende lo mucho que Amarías a un hermano así. Pues él por fin le brindará descanso a tu mente y la llevará contigo ante tu Dios.

¿ Es el único ayudante de Dios? ¡ Porsupuesto que no!. Pues Cristo adoptará muchas formas con diferentes nombres hasta que se reconozca la unidad de todas ellas. Mas para tí, Jesús es el portador del mensaje único mensaje de Cristo acerca del Amor de Dios. No tienes necesidad de ningún otro.

Es posible leer sus palabras y beneficiarse de ellas sin aceptarle en tu vida. Mas el te ayudaría todavía más si compartieses con él tus penas y alegrías, y renunciases a ambas para allar la paz de Dios. Con todo, lo que él quiere que aprendas más que nada sigue siendo la lección que vino a enseñar, la cual reza así.


" No hay muerte porque el Hijo de Dios es como su Padre. No puedes hacer nada que pueda alterar el Amor Eterno. Olvida tus sueños de pecado y de culpabilidad, y en su lugar ven conmigo a compartir la resurreción del Hijo de Dios. Y trae contigo todos aquellos que El te ha enviado para que cuides de ellos como yo cuido de ti.

Estas palabras de la resurreción de Jesucristo son de El Nuevo Testamento de La Santa Biblia,
y de las instrucciones de la salvación que es su Curso de Milagros.