domingo, 14 de diciembre de 2008
Corintos
Primera carta A Los Corintios nada
Nada Más perfecto que El Amor
Si yo hablara todas lenguas de los hombres y de los ángeles y me faltara Amor.
no sería más que bronce que resuena y campana que toca.
Si yo tuviera el don de profecías,
conociendo las cosas secretas con toda clase de conocimientos,
y tuviera tanta fe como para trasladar los montes,
pero me faltara el Amor, nada soy.
Si reparto todo lo que poseo a los pobres y si entrego
hasta mi propio cuerpo para ser quemado,
pero sin tener Amor, nada me sirve.
El Amor es paciente, serviciar y sin envidia.
No quiere aparentar, ni se hace el importante.
No actúa con bajeza, ni busca su propio interés
El Amor no se deja llevar por la ira,
sino que olvida las ofensas y perdona.
Nunca se alegra de algo injusto y siempre le alegra la verdad.
El Amor disculpa todo, todo lo cree,
todo lo espera y todo lo soporta.
El Amor nunca pasará
Algún día las profecías, ya no tendrán razón de ser,
ni se hablará más en lenguas,
ni se necesitará más el conocimiento.
Pues conocemos algo, no todo, y tampoco los profetas dicen todo.
Pero cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto desaparecerá.
Cuando yo era niño, pensaba y razonaba como un niño,
pero cuando ya fui hombre, dejé atrás las cosas de niño.
Miren que al presente lo vemos como en un mal
espejo y en forma confusa, pero entonces será cara a cara.
Ahora conozco sólo en parte,
pero entonces le conoceré a él, como él me conoce a mí.
Ahora tenemos fe, la esperanza y el Amor, los tres.
Pero el mayor de los tres es el Amor.