domingo, 28 de septiembre de 2008

YO NO MORI


Todo aquél que vive en mí, nunca morirá.
¿ Crees tú esto ?

Os digo; Viene la hora, y ahora es,
cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios ;
y los que la oyeren viviran.

De cierto, de cierto os digo,
que él que guarda mi palabra,
nunca vera la muerte.


No enseñes que morí en vano. Enseña, más bien, que no morí, demostrando que vivo en ti. Pues poner fin a la crucificación del Hijo de Dios es la tarea de la redención, en la cual todos juegan un papel igualmente importante.
Te has clavado en una cruz a ti mismo, y te has puesto una corona de espinas sobre tu cabeza. Aún así, no puedes crucificar al Hijo de Dios, pues la voluntad de Dios no puede morir.
Su Hijo ha sido redimido de su propia crucifición, y tú no puedes condenar a muerte a quien Dios ha dado vida eterna.
El sueño de la crucifición aún pesa sobre tus ojos, pero lo que ves en sueños no es la realidad

Cuando te sientas tentado de sucumbir ante el deseo de la muerte, recuerda que yo no morí.
Tedarás cuentade que esto es cierto cuando mires dentro de ti y me veas.
¿Como iba yo a haber superado la muerte para mí solo? ¿ Y cómo iba a haberme el Padre vida eterna a mí, a no ser que también te la hubiese dado a tí?
Hermano mío, criatura de Dios, esto es un sueño de muerte. No hay funeral, ni altares tenebrosos, ni mandamientos siniestros, ni distorsionados ritos de condena a los que el cuerpo te conduce.
No pidas que se te libere del cuerpo. Más bien, libera al cuerpo de las despedidas e inexorables órdenes a las que lo sometiste y perdonalo por lo que tú le ordenaste hacer. Al exaltarlo le ordenaste morir, pues sólo la muerte podría derrotar la vida. ¿ Y qué otra cosa, sino de la demencia, podría percibir la derrota de Dios y creer que es real ?
Tú crees que la muerte es del cuerpo. Sin embargo, es sólo una idea, y no tiene nada que ver con lo que se considera físico. Un pensamiento se encuentra en la mente.
Todo se logra con la vida, y la vida es de la mente y se encuentra en la mente. El cuerpo ni vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida. Si compartimos la misma mente, tú puedes superar la muerte puesto que yo la superé.
¿Quieres realmente estar en el infierno? ¿ Quieres realmente sollozar, sufrír , o morír? Pues la muerte es total. O bien todas las cosas mueren, o bien todas viven y no pueden morir. En esto no hay términos medios..

No hay muerte porque lo que Dios creó comparte Su Vida.
No hay muerte porque lo opuesto a Dios no existe.
No hay muerte porque el Padre y el Hijo son uno.
¿ Qué verías sin el miedo a la muerte? ¿ Qué sentirías y pensarías si la muerte no te atrajese?
Simplemente recordarías a tú Padre. Recordarías al creador de la vida, la Fuente de todo lo que vive, al Padre del universo de los universos, así como de todo lo que se encuentra más allá.
¡Jura no morir, Santo Hijo de Dios! Has hecho un trato que no puedes cumplir. Al Hijo de la Vida no se le puede matar. Es inmortal como su Padre. Lo que el es no puede ser alterado. El es lo único en todo el universo que debe ser uno.

Este es un instante santo de vida eterna.

Y así, cada instante que se le entrega a Dios, con el siguiente ya entregado a El de antemano, es un tiempo en que te liberas de la tristeza, del dolor y hasta de la misma muerte.
Tu futuro está en mános de Dios, así como tu pasado y tu presente. Para El es lo mismo y por lo tanto, debería ser lo mismo para ti también. El pasado, el presente y el futuro no son estados continuos, a no ser que impongas continuidad en ellos.
Sin embargo, en este mundo la progresión temporal todavía parece ser algo real. No se te pide, por lo tanto, que entiendas que el tiempo no tiene realmente una secuencia lineal.Sólo se te pide que te desentiendas del futuro y lo pongas en Manos de Dios.
Ahora es el momento de la salvación, pues ahora es cuando te liberas del tiempo. Y ahora aguardaremos en silencio. Dios está aquí porque esperamos juntos. Estoy seguro de que El te hablará y de que tú le oirás. Acepta mi confianza, pues es la tuya.
Nuestras mentes están unídas. Esperamos con un solo propósito ; oír la respuesta de nuestro Padre a nuestra llamada, dejar que nuestros pensamientos se aquieten y encontrar Su paz, para oirle hablar de lo que nosotros somos y para que El Se revele a su Hijo.

" Quiero pasar este día Contigo ,Padre mío, tal como Tú has dispuesto que deben de ser todos mis días. Y lo que he de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. El júbilo que me invade no se puede medir en dias u horas, pues le llega a Tu Hijo desde el cielo. Este día será Tu dulce recordatorio de que Te recuerde, la afáble llamada que le haces a tu Santo Hijo, la señal de que Tu gracia se me ha concedido y de que es Tu Voluntad que me libera hoy".